jueves, 26 de julio de 2007

Cambio climático por efecto antropogénico, y su regulación


Publicado en ProChile

Desde hace más de una década, se ha tenido pleno conocimiento sobre los efectos producidos por la emisión de gases a la atmósfera, tanto el fenómeno de destrucción de la capa de ozono, así como el aumento de concentraciones de gases invernadero tales como el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos, estos gases atrapan una porción creciente de radiación infrarroja terrestre y la hacen salir más lenta desde la tierra.

Las emisiones de gases se producen tanto por efecto natural, como los volcanes, así como las emisiones generadas por efecto antropogénico. En este escenario toda acción del hombre en cualquier punto del planeta, alterará en algún grado el balance natural de los ecosistemas.Este tema ha sido uno de lo más cuestionados este el ámbito, en primera instancia se dudaba de que existiera dicho cambio, no obstante se ha revelado que existe un aumento de temperatura que evidencia que el planeta va a un cambio climático.

Por otra parte, ya aceptado esto, se duda de la acción del hombre. No obstante, se debe suponer que la acción antropogénica tiene una consecuencia en el cambio climático, y que esta intervención debe por lo menos tender a disminuir. Las acciones se deben realizar tanto en el ámbito global, como local, es decir cada región y/o país debe contar con políticas y legislaciones que minimicen las emisiones atmosféricas.

En Chile, la regulación de contaminantes atmosféricos tiene la óptica de resguardar la salud de las personas, como es el caso del Decreto Supremo 4 del Ministerio de Salud, que regula la emisión de material particulado, además existe implementación de planes de prevención y/o descontaminación atmosféricas para localidades o regiones específicas del país, no existiendo una política de regulación integral, y menos basada en un aporte global. Además la regulación nacional apunta principalmente a actividades que emiten directamente por una fuente fija, existiendo poca o nula regulación sobre emisores difusos, tales como crianzas intensivas, alto tráfico en calles no pavimentadas, quemas agrícolas, entre otros.

En conclusión cada país debe priorizar políticas que apunten a disminuir las emisiones de material particulado y de gases, en especial Chile debe ampliar la regulación de emisiones a todo el territorio nacional, y todas las fuentes fijas o difusas que puedan aporta como grandes emisores de gases de efecto invernadero o destructores de la capa de ozono.

En todo caso esto debe ser gradual y con políticas que permitan mantener la competitividad de las actividades reguladas, en el marco de ir fijando metas de reducción con plazos definidos. Además se destaca que previo a dichas acciones se debe realizar un diagnóstico claro de las emisiones y se debe contar con plataformas tecnológicas, para monitoreos y entrega de información, que permitan realizar un seguimiento de las metas de reducción de contaminantes.
Lo anterior no significa que debe existir una norma para todo el país, si no que todo el territorio nacional debe cumplir con estándares, esto según su ubicación geográfica y principalmente por ubicación de cuencas, que la contaminación atmosférica no es un hecho aislado de los demás medios de contaminación como suelo y agua, por lo tanto cada cuenca según sus características debiera tener una gestión integral para agua, suelo y aire.

No obstante, la regulación puede en algún caso desfavorecer el mercado del Mecanismo de Desarrollo Limpio, perdiendo adicionalidad para algunos proyectos, en este sentido las autoridades deben efectuar el cambio normativo con la cautela, por una parte, preservar el medio ambiente y disminuir los efectos globales, y por otra, de no entorpecer la gestión del Mecanismo de Desarrollo Limpio. Un claro ejemplo de esto es la futura regulación de rellenos sanitarios, dicha regulación aún esta en estudio, por otro lado algunos rellenos sanitarios han desarrollado el Mecanismo de Desarrollo Limpio, permitiendo con esto financiar proyectos que permitan una mejor captura del biogás, de lo que incluso a veces contemplaban sus aprobaciones ambientales. De concretarse la regulación de rellenos sanitarios, podría ir en contra de la adicionalidad de dichos proyectos, si éste exigiera un 100 % de la captura del biogás generado.

Se cree que esta discusión no se ha llevado a cabo en Chile, la realización una política de gestión de reducción de gases, integral con otras áreas, que además tome en cuenta cada uno de los factores mencionados, protección a la salud y al medio ambiente, competitividad y posibilidades de desarrollo de instrumentos como el MDL, por lo tanto esto debe empezar a generarse por todos los sectores involucrados.

Yorka Retamal
Ingeniero Civil Químico

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